AARÓN VA AL COLE EN EL BUS ESCOLAR, COMO TODOS SUS COMPAÑEROS
Hace tiempo que no escribía, pero tenía buenas razones. Además de comenzar a cuidarme a mi misma, he estudiado estrategias para ayudar a mi hijo en la vuelta al colegio tras las vacaciones navideñas.
Hemos tenido que comenzar prácticamente de nuevo el periodo de adaptación. Por suerte, va respondiendo. Lo que nos va funcionando con mi hijo es el refuerzo positivo, que no tiene porqué ser nada material. Con felicitarle por lo bien que lo hace y lo orgullosa que estoy de él, es suficiente. Veo cómo se le ilumina la mirada cuando tiene mi aprobación. Yo me esfuerzo en reforzar cada conducta positiva y así se motiva a continuar por ese camino. Ha aprendido de la forma más dura (aislamiento y privación de permisos) pero ha aprendido que es mucho más productivo portarse bien y obedecer.
Cada día se va portando mejor y colabora más en el colegio. Poco a poco hemos ido aumentando la duración de la estancia en clase. Ahora ya empieza a entrar a las 9:30 como sus compañeros.
Tras varias negociaciones, hemos conseguido el transporte escolar, y lo tuve que pelear, ya que ponían todas las trabas del mundo. Irá en el bus con sus compañeros. Como apoyo, irá desde casa acompañado por el mismo ATE (Acompañante Terapéutico Educativo) que le atiende en el colegio.
Luego, a las 12, tengo que recogerlo en el colegio y llevarlo al hospital, donde comerá y permanecerá hasta las 6 que le vuelvo a recoger para volver a casa.
Ahora ya no dormirá más en el hospital. La idea es ir haciendo el cambio de una forma gradual. Lleva tanto tiempo en el hospital y está tan institucionalizado, que es preferible ir lento, pero seguro.
Si he de ser sincera, estoy aterrorizada. Tengo todos los miedos del mundo y alguno más. De mi depende en gran medida que esto salga bien.
Pero, para ser justos, hay que valorar el enorme esfuerzo hecho por Aarón para portarse como se espera de él.
Estos quince meses que lleva ingresado en Patología Dual le han hecho madurar de una forma espectacular.
La terapia ha sido para los dos. Yo también he aprendido mucho. Ahora sé cómo frenar sus crisis desde la raíz. Comprendo mucho más sus necesidades, también porque él se expresa mucho mejor, ventaja de estar conviviendo con pacientes adultos y personal sanitario.
Siempre se ha interesado mucho más por los adultos que por sus iguales. Y en eso sigue igual. No muestra el más mínimo interés por interactuar con sus compañeros.
Confiamos que con el tiempo se vaya integrando más con sus compañeros, que por su parte le han aceptado de maravilla a pesar de haber comenzado a asistir a clase casi dos meses más tarde que ellos.
Lo más importante es que su situación se va normalizando lentamente.
Va al colegio en el bus escolar cada día con sus compañeros, iremos alargando la jornada hasta lograr la jornada completa. Pero sin prisas, hemos aprendido a ir a su ritmo, sin forzar, sin presiones.
Con paciencia y toneladas de amor, Aarón está a un suspiro de dejar el hospital definitivamente y volver a tener su lugar en el mundo. Lugar del que se le había privado por la mala atención educativa y sanitaria recibida, lo que nos llevó al hospital durante año y pico. Ingresó con 14 años y el día 25 de febrero cumplirá los 16.
Ingresó un niño totalmente fuera de control y sale un hombrecillo con su bigote adolescente y con una conducta impensable hace un año.
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